martes, 16 de junio de 2009

salmonelosis






La salmonelosis, causada por especies de bacterias del género Salmonella, es una enfermedad que afecta a bovinos, equinos, aves, ovinos, suinos, roedores, reptiles y humanos. La virulencia obedece a la presencia de una endotoxina.



Todas las cepas de este género son Patógenas, pero existen grandes diferencias entre ellas, relacionadas también con la adaptación al huésped. De las numerosas salmoneras existentes, sólo muy pocas tienen especificidad para un huésped determinado; por ejemplo S. Typhi (hombre) S.gallinarum pullorum (gallina), S.cholera suis (cerdo).



Estas salmonelosis especificas ocasionan las llamadas salmonelosis primarias de curso grave, con tendencia a bacteremias y a graves pérdidas económicas en las explotaciones pecuarias.






Diagnóstico



Ante la sospecha clínica de salmonelosis, siempre está indicada la confirmación bacteriológico.



Si el animal está vivo, no suele hacerse el muestreo de las heces. En los casos cínicos puede demostrarse la presencia de Salmonella en cultivo directo. El enriquecimiento es imprescindible, especialmente para hallar a los portadores.



Las salmonelosis se aíslan de los productos de la necropsia, empleando medios diferenciales y de enriquecimiento. Virtualmente todas las especies de Salmonella crecen bien en la presencia de sales biliares que son añadidas a medios selectivos, por que otras especies de enterobacterias que no interesan se desarrollan pobremente; medios corno S.S (Salmonella Shigella), H.E Agar (Kektoen Enterio Agar), X.L.D Agar (Xilosa-LysinaDesoxyeolato Agar), están bien, adaptadas para la recuperación de salmonelosis de muestras altamente contaminadas con otros bacilos conformes u otros.



Estos medios contienen también carbohidratos como glucosa, lactosa, salicina, xilosa y sales ferrosas que ayuda a diferenciar de Shigella Klebsiella o Citrobacter.



El bismuto sulfuro agar es usado casi exclusivamente para la recuperación de Salmonella typhi de heces, el bismuto y el verde brillante en el medio inhibe casi todos los organismos excepto la Salmonella.






Tratamiento



En las salmonelosis primarias es factible la mejoría clínica o la curación si se emplean precozmente los quimioterápicos administrados por vía parenteral. Las distintas sustancias antibacterianas están representadas en el Cuadro 2.



La sensibilidad de las entero bacterias a los antibi6t!cos se mide determinando la concentración mínima de inhibición (CMI) en microgramos mi y varía de un género a otro. En el caso de Salmonella, la resistencia a los antibióticos es un problema serio.



En humanos se ha comprobado un aumento (especialmente la resistencia múltiple) y en los animales también se ha observado resistencia múltiple, aunque la distribución de la resistencia varía con la cepa y la región en las salmonelas aisladas.



Este fenómeno es determinado por los plásmidos que se transmiten con facilidad a otras entero bacterias, sea de humano a animales o viceversa. Es fácil suponer que las salmonelas resistentes del hombre han adquirido sus plásmidos, en parte, fuera de los animales y que proceden de otros ciclos de contagio.



La caracterización de los plasmados se realiza hoy en día en forma rutinaria y tiene gran valor epidemiológico.



Las enteritis clínicas de los animales traen problemas porque éstos contaminan mucho al ambiente, debido a la eliminación copiosa de bacterias. Este problema puede solucionarse con el aislamiento de los animales enfermos y deben tratarse por lo general por vía oral con el antibiótico adecuado según el antibiograma realizado. Puede usarse también la vía parenteral, en general, en los animales adultos. Si fracasa este tratamiento hay que pensar en la eliminación de los enfermos más graves.



En las gastroenteritis salmonelósicas humanas no es aconsejable la antibioterapia, porque ésta favorece la resistencia de las bacterias a los antibióticos y prolonga la persistencia de los portadores. Lo mismo puede decirse de las infecciones latentes (portadores asintomáticas).






Profilaxis



Por lo complejo que ha sido la epidemiología de las salmonelosis, resulta difícil erradicarlas. Hasta ahora han fracasado todos los intentos para producir animales libres de salmonelosis.



Las medidas deberían orientarse a la reducción de las bacterias del ambiente y, por lo tanto, de las frecuencias de las infecciones.



Debería existir una estrecha relación entre médicos y veterinarios, ya que las salmonelosis humanas y animales están relacionadas entre si desde el punto de vista epidemiológico. Lo primero que hay que combatir es la contaminación de los alimentos destinados a la alimentación de diferentes animales.



Hay que realizar análisis de harinas en muestras tomadas al azar, bien sea producida en el país o en el exterior. A nivel de matadero, el veterinario debe hacer inspección en forma rutinaria a las carnes, ganglios u otras vísceras sospechosas y realizarle exámenes bacteriológicos.



Hay que mantener vigilancia de la higiene en las operaciones de la matanza y de la transformación ulterior y comercialización de los productos cárnicos. Tanto los veterinarios como los ayudantes, ganaderos y obreros deben permanecer libres de Salmonella manteniendo buena higiene y limpieza.



El hallazgo de salmonelosis trae como consecuencia el análisis del medio ambiente para descubrir la fuente de la infección o interrumpir la cadena de contagio, una vez identificados los portadores sanos de gérmenes.



La leche es un vehículo importante de microorganismos patógenos (Salmonella entre ellos) por eso debe ser pasteurizada, igualmente sucede con los jugos que se expenden sin ningún control sanitario.



El veterinario debe mejorar las medidas de lucha contra las salmonelosis animales, as! como su prevención para evitar que llegue a la población humana

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